El pasado 11 de agosto una fuerte tormenta caída en Estepa ocasionaba graves daños materiales en la ciudad. Coches arrastrados por las aguas torrenciales, muros derrumbados y muchas viviendas e industrias inundadas era el balance que dejaba la tormenta que descargó en Estepa a las cuatro de la tarde y en apenas media hora llenaba de barro y agua las calles de la ciudad.
Primero fue una tromba de granizos de gran tamaño, que colapsaron todos los sumideros y apenas unos minutos después descargaba la lluvia con mucha fuerza sobre el pueblo.
Aunque no hay que lamentar desgracias personales, los daños materiales son incalculables. El olivar también se vió afectado por la granizada con muchos desperfectos en el fruto que en un mes debería estar listo para su recogida en verdeo.
Los equipos de emergencia y los técnicos de Servicios Generales no paraban de atender a puntos delicados donde se necesitaba ayuda. Hoy, tres días después continúan las labores de limpieza en algunos puntos más delicados.