Islámica Istabba

La Islámica Istabba

Desde el 711 al 1241, la antigua Ostippo romana se transformó en la islámica Istabba. Durante estos años la ciudad participó de los procesos políticos de al Andalus y, aunque algunos textos árabes y cristianos la citan como un hisn (castillo), las últimas investigaciones históricas y arqueológicas parecen sin embargo apuntar hacia una realidad física más importante, quizá como cabeza de un distrito que terminaría ejerciendo su influencia sobre las alquerías y poblaciones que la rodeaban. Situada en lo más alto del Cerro de San Cristóbal, rodeada de murallas desde los primeros años de la invasión, la nueva población desarrolló su sistema urbano alrededor del centro religioso de la mezquita: todavía se pueden ver, embutidos en los muros de la iglesia de Santa María, los sillares y los arcos de herradura, la huella apenas esbozada del mirahb o el recuerdo de su minarete transfigurado en torre. Entre sus paredes ejercería su magisterio Ùtmàn b. Sa`îd al-Lajmî, alfaquí y encargado de la oración, uno de los personajes que nos han transmitido las fuentes documentales.

También en la cerca urbana se pueden rastrear los restos de la primitiva muralla islámica, lienzos levantados con tierra apisonada o torres de planta cuadrada o poligonal que responden a las distintas dominaciones a los que se vio sometida. Las crónicas contemporáneas se hacen eco de los avatares por los que atravesó la ciudad en esta época: desde su conquista a manos de Umar b. Hafsún en el marco de las revueltas muladíes del siglo X, hasta el intercambio con Alcalá la Real que llevaron a cabo los reinos abadí de Sevilla y zirí de Granada.

En 1241 las tropas cristianas de Fernando III conquistaron Estepa y pocos años después, en 1267, se le concedió con todos sus términos a la Orden de Santiago. Desde entonces y hasta la toma de Granada, la ciudad adquirió un marcado carácter fronterizo y participó activamente en los acontecimientos guerreros contra el reino nazarí. De entre los numerosos episodios, quizá el más conocido sea la batalla del Madroño, librada en 1462 tras el saqueo del arrabal por el príncipe heredero de Granada Abu-l-Hasan Alí. La Orden de Santiago fortificó de nuevo la ciudad y el alcázar con nuevas torres semicirculares y lienzos de muralla y, sobre todo, construyó la gran torre del Homenaje en tiempos del trigésimo tercer maestre, don Lorenzo Suárez de Figueroa, cuyo blasón aparece en diferentes lugares. También fue la Orden la promotora de las obras de la primitiva iglesia gótico-mudéjar sobre la antigua mezquita y de la gran iglesia gótica tardía que vino a sucederla. Las dos perduran hoy día en una unión consolidada con el paso de los años.

A partir de 1410, tras la toma de Antequera, la ciudad superó los límites del recinto intramuros, desarrollando sus arrabales –la Coracha, la calle Ancha, Veracruz– por la ladera norte del cerro, en un flujo que ya sería imparable tras la caída de Granada. La Edad Moderna se instauró en Estepa en 1559, cuando la ciudad y su territorio –los lugares de su tierra y sus términos, jurisdicciones y vasallos– fueron vendidos por parte de la corona a la familia genovesa de los Centurión, a los que más tarde, ya en 1564, se les concedió el título de marqueses de Estepa.